
Suárez abrió la cuenta a los 12’ y Forlán aumentó a los 42’ y 89’. Tres golpes para un equipo paraguayo que se clasificó subcampeón sin ganar un solo partido y que quería llevarse su tercer título en la historia.
“Fue un grupo, creo que los grupos unidos, todos juntos y todos tirando para el mismo lado son los que consiguen las cosas”, declaró Suárez, segundo máximo artillero del campeonato con cuatro goles, y elegido como el mejor jugador del torneo.
El partido
Uruguay sacó a relucir de entrada su marca y anticipo, con Diego Pérez patrón del mediocampo, complicando más de la cuenta a un Paraguay replegado en demasía con sus arietes Pablo Zeballos y Nelson Haedo Valdez sin poder despegarse de una sólida defensa Celeste.
Lejos del área y replegado más de la cuenta, Paraguay no enhebró maniobras ofensivas claras ya que su dupla de ataque Haedo Valdez-Zeballos no podía escapar a la vigilancia de una sólida defensa comandada por Lugano.
“Uruguay ganó bien, jugó mejor”, reconoció el central paraguayo Paulo Da Silva. “Uruguay es un lindo campeón”, agregó el defensa.
Cuando los ataques uruguayos se hacían moneda corriente, Suárez recibió una pelota en el área, controló con la derecha, enganchó y doblegó a Villar con la zurda. El artillero del Liverpool inglés primero se llenó la boca de gol y después se dejó caer para recibir a una montaña de compañeros en el festejo.
Con ambos equipos pegando más de la cuenta, Uruguay mantuvo el control del partido, con Suárez y Forlán tomando a contrapierna a la defensa rival en la que Iván Piris y Da Silva fueron sorprendidos a menudo.
Las ilusiones charrúas se afianzaron con el segundo gol que nació en la tenacidad de Egidio Arévalo Ríos, quien le birló el balón a Ortigoza en la medialuna del área y se la pasó a Forlán, el que sacudió de zurda la red ante unas 53.000 personas, casi las tres cuartas partes de ellas uruguayas.
Forlán, del Atlético de Madrid y el mejor jugador del Mundial de Sudáfrica 2010, convirtió así su primer gol en la copa y quebró una sequía de 12 partidos sin anotar.
“Lo importante fue que comenzamos muy bien, desde el primer tiempo que hicimos los dos goles, y creo que anímicamente fue muy difícil para ellos darle vuelta”, señaló Suárez.
Forlán sentenció con su segundo del partido en el último minuto del encuentro, al dar el último toque en un contragolpe perfecto.
“Hubo mucho trabajo, desde hace muchos años, un buen proyecto, haciendo las cosas bien y se dan los resultados”, señaló Forlán.
El maestro
Óscar Tabárez no se cansa de repetir que los futbolistas son los grandes responsables de los importantes logros de la selección uruguaya en los últimos años, incluyendo el título de la Copa América que conquistaron ayer.
Sin embargo, es el propio Tabárez el arquitecto del gran momento que atraviesa la Celeste.
Desde que asumió el cargo en 2006, Tabárez puso en marcha un proyecto para darle seriedad, profesionalismo y amor a la camiseta a los jugadores de la selección, desde los veteranos hasta los niños que entran a las divisiones inferiores.
Los frutos están a la vista: el triunfo 3-0 sobre Paraguay en la final coronó una excelente Copa América, el 15to título continental para la Celeste; Uruguay terminó cuarto en el Mundial de Sudáfrica 2010; la selección sub17 fue subcampeona del mundo este mes en México; y la sub20 se clasificó a los próximos Juegos Olímpicos.
Nada mal para un país de 3,5 millones de habitantes y del que muchos decían que vivía de la gloria de sus dos títulos mundiales, conquistados en 1930 y 1950, además de dos medallas de oro en el fútbol olímpico.
Tras la victoria ante Paraguay, Tabárez sostuvo que los partidos no se ganan con los recuerdos ni tampoco con las fechas.
“Los partidos de fútbol se ganan jugando al fútbol”, dijo Tabárez, quien durante años combinó el fútbol con la docencia.