La masiva manifestación de ayer (cerca de 80.000 personas) comenzó, con permiso del Ministerio del Interior, a las 10.30 horas en todo Chile. Los convocados dieron muestra de civismo con una actividad que se desarrolló en un ambiente festivo y familiar, tal como se había propuesto. No obstante, pasadas las horas la protesta tomó su curso habitual, es decir, vandalismo y un sinnúmero de graves destrozos, realizados por decenas de individuos encapuchados, especialmente en la capital.
Las peores acciones de violencia se iniciaron en el Paseo Bulnes. Ahí un grupo de jóvenes, a rostro cubierto y armándose de elementos contundentes, se enfrentó con efectivos de Carabineros que se encontraban desplegados en el lugar. A ellos lanzaron desde piedras, hasta señales de tránsito y asientos públicos arrancados de cuajo, acción que fue respondida por los efectivos policiales con sus carros lanzaaguas y lanzagases.
El grupo, que se había descolgado de la manifestación, se trasladó posteriormente una cuadra más hacia el poniente, a Nataniel Cox, donde bloquearon el tránsito y quemaron dos vehículos que permanecían estacionados, convirtiéndolos en barricada. No conformes con ello, arremetieron contra los ventanales de un edificio de departamentos, ocasionando graves daños. Incluso, algunos fueron grabados por un vecino entrando al inmueble y destruyendo su interior.
Reproche a los dirigentes
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, llamó a los dirigentes de los estudiantes y profesores que convocaron la marcha en el centro de Santiago, a replantearse si seguirán organizando marchas como la de hoy. Y señaló que ahora “corresponde sentarse a trabajar en los proyectos de ley” sobre educación.
“Ha llegado el momento de que reflexionen hasta qué punto ellos están convocando a marchas que no controlan. Los liderazgos también suponen responsabilidad”, expuso Hinzpeter, añadiendo enfático que “los resultados deben llamar a reflexión al país entero especialmente a dirigentes estudiantiles y al Colegio de Profesores”.
“Los resultados han demostrado que, desafortunadamente, ellos no tienen el control de las marchas”, subrayó.
Además, dijo que el resultado es el previsto y que ya se le había comunicado a los líderes que “había que empezar a adquirir conciencia de que su movimiento estaba empezando a ser utilizado por personas que les importa bastante poco la calidad de la educación”.
También expuso que, como Gobierno, solicitaron a los estudiantes y profesores que “asumiéramos un acto de responsabilidad para que la marcha estudiantil se desarrollara en completa calma y se pudiera empezar a trabajar en “proyectos de ley y cambios para la educación”. “Corresponde sentarse a trabajar en los proyectos de ley”, añadió. Del mismo modo, según el ministro, los dirigentes estudiantiles y profesores ya habían asumido que no podrían controlar los actos violentos de las marchas que convocan para demandar una educación de calidad.
En tanto, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, hizo un satisfactorio balance de la marcha convocada en el marco del denominado “Paro Nacional por la Educación”, y por igual, rechazó “todos los actos de violencia que se han suscitado después de la marcha pacífica y exitosa que hemos tenido en la jornada de hoy”.