El Festival Folklórico en la Patagonia tampoco se salvó de las polémicas que han abundado en la Municipalidad de Punta Arenas respecto de los procesos de licitación que ha llevado a cabo. Precisamente hace tres meses, la comisión organizadora del evento y el Concejo Municipal debieron abordar un escándalo que generó alta molestia y un evidente conflicto interno, pues las bases de licitación para contratar a los artistas consignaban sus nombres, es decir, la lista de la parrilla estaba pre establecida, dejando poco para la transparencia del proceso. Cuando salió a la luz pública esta situación, todas las autoridades municipales, los encargados del evento y profesionales técnicos del municipio, debieron sostener una reunión urgente para aclarar lo que había ocurrido, y solucionar el impasse que para ese momento ya era noticia en todos los medios de comunicación, pues se comentaba que como estaban elaboradas las bases, el proceso estaba dirigido de antemano. Es así como se acordó aplazar la XXXI versión de festival para licitar los servicios técnicos de la actividad, y que el municipio se encargara de contratar a los artistas directamente, evitando generar nuevos problemas relacionados con la licitación. Pero esa no fue la única polémica que rodeó el evento previo a su inicio, pues la entrega de las entradas gratuitas, también generó críticas por parte de la comunidad, ya que las filas de gente para conseguir un ticket se extendían por varias cuadras, además, que se otorgara un pase por persona, tampoco fue la decisión más acertada según lo manifestaron los vecinos. Sumado a esto, surgieron los cuestionamientos respecto a por qué se solicitaban datos particulares a quienes retiraban sus entradas, considerando que el documento no tenía una identificación formal que señalara que el objetivo era mantener un registro que limitara la obtención de más de un ticket por persona.