
Una vez en el lugar, se procedió a realizar una evaluación de las posibles medidas técnicas a implementar, tomando en cuenta el contexto general de la situación. Primero, el ejemplar de puma se encontraba al interior del patio de la casa n° 0116 del pasaje Chaigneau, en un esquinero, rodeado de diversos materiales. Este patio colindaba con otros 5 sitios interiores de casas vecinas, separados por panderetas de aproximadamente 1,8 m de altura, las que habían sido saltadas con facilidad por el animal minutos antes. Al encontrarse acorralado, el animal se encontraba en estado de alerta y con evidentes signos de estrés, por lo tanto, en el evento que el animal intentara escapar como respuesta a las acciones tendientes a su captura con métodos conservadores (empleo de sedación química mediante dardos), en todas las direcciones potenciales de huída se encontraría con barreras de personas. Además la localización particular del animal presentaba exposición parcial de su cuerpo lo que dificultaba hacer un buen “blanco” para el dardeo, existiendo alto riesgo de error e imponderables. “En el caso que el dardo se hubiese inyectado en el lugar adecuado, la sedación efectiva no se produce en forma instantánea, existiendo de por medio un tiempo en el que se producen reacciones no controlables, cabiendo esperar la huida del lugar, con consecuencias que quizás, hubieran sido desastrosas”, explicó Gerardo Otzen. El método a emplear para inmovilizar al animal requería ser efectivo y minimizar los riesgos para el personal del SAG y la multitud agrupada.
Con estos antecedentes, y previa coordinación con personal de Carabineros, dada la dificultad que significaba alejar a una distancia prudente a la multitud de personas agrupadas, se estimó que las circunstancias ameritaban lamentablemente el sacrificio del animal, por el alto riesgo que representaba para las personas el intento de captura por medios conservadores. En tal sentido se tomaron las medidas precautorias y se procedió a sacrificar el animal.
La especie puma (Puma concolor), es un animal de la fauna silvestre nativa de la región objeto de protección por la normativa legal vigente, de la cual el SAG es la primera autoridad fiscalizadora y como tal, administradora de un conjunto de medidas destinadas a velar por su conservación y manejo. Entre tales políticas técnicas cabe destacar los criterios de acción frente a las distintas interacciones que se producen entre la conducta de la especie, las densidades y distribución de su población y las actividades propias del quehacer del hombre.
Por ello, al momento de tomar la determinación -en base a sus facultades legales- el SAG es el primero en lamentar el sacrificio al que debió ser sometido este animal, sin perjuicio que los antecedentes expuestos, desgraciadamente, no dejaban otra alternativa. “Para el SAG constituyó una tarea muy difícil, que para los funcionarios involucrados fue de gran pesar, pero también entendemos que debemos proteger a la comunidad de un posible ataque de este animal, ataques que nuestra Región en otras oportunidades ha vivido”, acotó Otzen.
Es importante mencionar que las denuncias recibidas por presencia de pumas dentro de la ciudad, especialmente en horarios de madrugada, es un hecho que se viene dando con regularidad creciente en el último tiempo en nuestra ciudad. Sólo en este año se han atendido con Carabineros otras dos denuncias. En todos los casos anteriores, ha sido posible resolver el conflicto de manera conservadora, facilitando el desplazamiento espontáneo de los pumas hacia el hábitat natural, pero en esta oportunidad, por todo lo expuesto, no fue posible.