
Algo muy semejante ocurre con la inmensa mayoría de los productos alimenticios de consumo habitual e ineludible para cualquier familia magallánica, los cuales por razones climáticas no pueden ser producidos localmente y, por lo mismo, deben ser forzosamente “importados” desde otras zonas del país. Otro tanto ocurre con los servicios de toda índole, empezando por aquellos de primera necesidad, con lo cual se configura un cuadro de carestía estructural y excepcional.
De hecho, según el último estudio publicado por Supermercados de Chile y Nielsen, el gasto promedio de una familia tradicional en regiones es de $ 30.000. mensuales, mientras en la región esta cifra se eleva a los $ 50.000. En tanto, mientras en regiones gastan en promedio unos
$ 182.000 por semestre, los magallánicos desembolsan entre $ 300.000 y
$ 350.000. La región en la que menos se gasta en supermercados es Arica, donde las ventas en los seis meses bordearon los $ 110.000 o sea un gasto mensual de
$ 17.000 aproximados.
Asimismo, un estudio realizado por la Universidad del Desarrollo que clasifica a un grupo de 14 ciudades chilenas por su costo de vida, sitúa a Punta Arenas como la ciudad más cara después de Santiago, seguida de Antofagasta.
El estudio, que se realiza de manera anual desde 2006, mide una canasta compuesta de nueve grupos de productos y servicios. El índice de Costo de Vida se calcula tomando como ciudad base a Santiago, la más cara históricamente, a la que se le asigna un índice 100. Luego, vía encuestas en cada ciudad se monitorea el precio de los productos, y la referencia es cuánto le costaría vivir un mes a un ejecutivo de estrato socioeconómico ABC1.