
El saldo precedente era de 12 muertos, pero el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, reveló la muerte de otras dos personas, una mujer que quedó atrapada en su coche por las inundaciones y un bombero que murió por las heridas recibidas durante un rescate.
En total, seis personas perdieron la vida en Carolina del Norte, tres en Virginia, dos en Nueva Jersey y una en cada uno de los siguientes estados: Connecticut, Florida y Maryland.
En tanto, el huracán Irene golpeaba ya los rascacielos de Nueva York ayer, con fuertes vientos. El primer huracán en alcanzar Nueva York en una generación llegó la noche del sábado acompañado de relámpagos, reportes de tornados e intensa lluvia. El lugar estaba convertido en una “ciudad fantasma” y 370.000 personas habían sido aconsejadas de evacuar, en tanto el transporte público estaba cerrado.
Según funcionarios, los rascacielos de Manhattan no están en riesgo de sufrir daños serios, pero los cortes de electricidad podrían dejarlos sin luz, ascensores y agua corriente.
“El borde del huracán se encuentra finalmente sobre nosotros”, dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una conferencia de prensa. “Ya no salgan a las calles, quédense en sus casa o en los refugios”, agregó el alcalde en español.
El alcalde ya había ordenado la evacuación inédita de 370.000 personas, el cierre de los aeropuertos, el metro y demás transportes públicos. “No es una broma, su vida podría estar en peligro (...). No esperen. Después será demasiado tarde. Es necesario partir de inmediato. Es una cuestión de vida o muerte”.
El huracán Irene tocó tierra ayer en Estados Unidos por segunda vez, ahora en Nueva Jersey, como un ciclón de categoría uno, según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC).