
Los convocados en la reunión fueron Yackie Finocchio, Nito Milovic, Daniel Preto, Tito Canestrani, René Díaz, Ruggero Preto, Ivo Milovic, Norberto Pavlov y Constante Moreno Preto.
En la ocasión, junto al fuego y al buen vino disfrutaron de una grata jornada hablando de aquellas hermandades donde se hacían a pujanza y esfuerzo año a año. Esta idea fue recogida por la Agrupación de Pilotos de Tierra del Fuego, y de alguna forma esperan concretar un encuentro con los históricos tuercas de Porvenir como una forma de homenajear su trayectoria.
Hay tantas historias de estos personajes que ocuparían páginas y paginas de diario contándolas, pero le vamos a narrar una bastante buena ocurrida a Yackie Finocchio.
El gran dicho de Yackie es que la “manteca no es pal gato”, y vaya que sabe el hombre cada vez que compartimos en Chile es hasta altas horas de la noche, pero un tipo que es saludado y homenajeado por todo el mundo. Finocchio cuenta que en la década de los ‘90 cuando corría con el Renault 18 llegando a la meta a Porvenir, cuando se bajaba por el pozo del Amor, era tanta la velocidad y la emoción que tenía de llegar que casi atropella a la alcaldesa de la época, Silvia Vera, ya que se había puesto muy al centro de la meta y por lo tanto tuvo que hacer muchos esquivos para no embestirla.
Yackie dice: “Tuvimos una gran carrera, pero casi se nos apaña todo en la meta”. Esta como otras anécdotas fue tema de conversación recurrente entre los invitados.
Esperamos que con este tipo de gestos se fomente rescatar la historia del automovilismo de la Región de Magallanes, transmitiendo el relato oral con los que quedan aún y hacerles un merecido homenaje a quienes contribuyeron tanto con el deporte que tanto nos apasiona. Así, como este encuentro en Río Grande se puede propiciar en Punta Arenas ya sea por Araad o también gente del Patagonia Rally Club.
Para terminar esta nota, que mejor que recordar una frase notable que había a un costado del auto de Oreste Bonicioli cuando corría en el legendario Toyota Starlet: “Había una T al cubo, que significaba Trago, Timba y Tuercas y por el otro lado había una 3M, que significaba Mujeres, Música y Motores. Notable y memorable aquella frase y no hay duda que en ese tiempo le hacían honores a todo eso.