
Los delegados del organismo comenzaron desde el lunes estas visitas a la prisión central de Damasco, ubicada 30 kilómetros al norte de la capital.
Kellenberger comentó a la prensa internacional: “Las autoridades sirias garantizaron el acceso del CICR.
Esto es un paso importante para nuestras actividades humanitarias en Siria”, asegurando que proporcionaron instrucciones a las fuerzas de seguridad para respetar la integridad física y sicológica durante las detenciones.