
El paro afectó a todo el sistema de transporte y los aeropuertos en Roma y otras ciudades se vieron colapsados, ya que cientos de vuelos fueron cancelados, formando largas filas de turistas. Más de cien ciudades italianas se adhirieron a la huelga de ocho horas convocada por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el mayor sindicato del país, quienes reclaman en contra del plan de austeridad del gobierno de Berlusconi, calculado en US$ 63 mil millones y que perjudica a las clases medias y más desfavorecidas.
Decenas de miles de personas salieron a las calles con el apoyo de los partidos de oposición.
El paro afectó a todo el sistema de transporte y los aeropuertos en Roma y otras ciudades se vieron colapsados, ya que cientos de vuelos fueron cancelados, formando largas filas de turistas.