El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rindió ayer tributo a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en el Pentágono, tras haber participado en sendos homenajes en Nueva York y Pennsylvania en recuerdo del décimo aniversario de los peores ataques sufridos por este país. El Mandatario llegó en horas de la tarde acompañado por su esposa, la primera dama Michelle, donde, escoltado por el secretario de Defensa León Panetta, acudió hasta el Memorial donde se recuerdan las 184 víctimas que causó hace diez años el avión secuestrado que impactó contra el ala oeste de la sede militar de Estados Unidos. Allí colocó una corona de flores (rosas) blancas ante la que guardó unos instantes de silencio antes de detenerse, ya acompañado de su esposa, a conversar con algunos de los familiares de aquellos que perdieron la vidas en el Pentágono hace una década.