
Pese al mal tiempo, los días de fiesta transcurrieron sin mayores contratiempos y la evaluación por parte de locatarios y clientes fue buena, al igual que la participación en todos los grupos etarios, donde destacó el buen ánimo de la tercera edad y el entusiasmo puesto con orgullo por los más pequeños.
Lamentablemente quienes no la pasaron muy bien fueron los comerciantes que se instalaron en el Parque María Behety, que ya habían estado en el lugar el año recién pasado pero que en esta ocasión vieron la desgracia pasar ante sus ojos, ya que la estructura física no soportó las fuertes ráfagas de viento.
El tradicional parque, quería albergar nuevamente los juegos populares, juegos inflables infantiles, kermesses, fondas, cocinerías, puestos de venta de artículos alusivos a Fiestas Patrias y paseos a caballo, actividades que se pudieron realizar durante la primera jornada de festividades, pero que se vieron abruptamente interrumpidas por el fuerte viento que azotó a Magallanes en este fin de semana largo, a lo que se sumó el mal juicio de quienes se encontraban “carreteando” en las cercanías, quienes no encontraron nada mejor que tomar todo lo que encontraron a su paso.
Otro aspecto digno de ser destacado fue el correcto comportamiento de cuidado del medio ambiente dentro y fuera de fondas, ramadas y kermesses, lo que evitó que al final de cada jornada, haya lugares atestados de desperdicios y basura.
La euforia de la celebración más la ingesta de alcohol, en ocasiones, desencadena en hechos poco alentadores como la violencia intrafamiliar, los accidentes de tránsito y las riñas, situaciones que pusieron el punto negativo de estas fiestas, los que incluso marcando números inferiores en comparación a años anteriores, deja en evidencia que es algo que aún debemos mejorar.