Siguen predominando los pacientes de categorización leve, lo que provoca un atochamiento innecesario en la atención. Por eso la gente que consulta por cosas menores debe esperar hasta dos, tres y más horas que la atiendan en la asistencia pública. “Siendo que perfectamente estas patologías pueden ser vistas a nivel de atención primaria, y en muchas ocasiones ni quisiera ameritan una consulta”, señaló Iñiguez. Pone como ejemplo un dolor de garanta, que se pasa solo o con ayuda con un dipirona o paracetamol, “sin embargo la gente insiste en acudir a la Urgencia, a cualquiera hora del día y de la noche, por situaciones que muchas veces nos parecen hasta inverosímiles”.