El Sindicato N°2 del Puerto de Punta Arenas, afirma que lo que acentúa el problema es la disminución del tonelaje que se llega a desembarcar hoy en día al muelle, lo que redunda en cupos insuficientes para el total de empleados del sector. “No ha habido gestión de la autoridad para con nosotros y en ese sentido, no entendemos por qué los gobiernos nunca han podido hacer nada con nuestro sector”, relata frustrado el presidente del Sindicato N° 2 del Puerto de Punta Arenas, José Villarroel Maldonado, en torno a las dificultades que se arrastran por poco más de diez años en el área que representa y las cuales, asegura, han apuntado a un franco deterioro del sistema laboral portuario.
Pese a ello, las ganas de sacar adelante a sus colegas más acongojados por la situación, junto a más dirigentes sindicales, lo han llevado a seguir golpeando puertas, que este año -cuenta más esperanzado-, se han abierto con alcances importantes, porque ya fue posible acelerar la jubilación de 33 trabajadores del sistema, los que a fin de año saldrán del puerto con sus respectivas pensiones.
“Luchamos para que este Gobierno reconozca este trabajo anterior y lo haga ahora, y por fin salió este fruto, porque si Dios quiere de aquí a fin de año vamos a tener más de 30 trabajadores que se van a ir jubilados tranquilamente, entonces eso para nosotros fue muy bueno”, agregó el dirigente, quien atribuyó la resolución a la ex seremi del Trabajo, Sandra Amar, que fue quien recogió las carpetas con los casos más urgentes para que el intendente Arturo Storaker presentara ante el ministerio la inquietud y se concretara este anhelado paso.
Pero la labor más ardua se viene ahora, porque el consejo de la máxima autoridad al gremio, fue que consiguieran una cita con los cuatro parlamentarios de la región para conformar una mesa, donde se pueda establecer, ojalá vía legislativa, que el proceso de jubilación sea regulado en el sector y se produzca la desvinculación a los años que corresponde, que de acuerdo a Villarroel debiera ser a los 55 años. “Son los años que el puerto requiere, que son colegas con 15 años de servicio aproximadamente; así nos piden a nosotros por lo menos, para ir dándole movilidad al puerto”, dijo.
De esta forma, ya iniciaron las gestiones para encuentros, en primera instancia, con los diputados Miodrag Marinovic y Carolina Goic.
A su vez, esgrimen necesitar ayuda social, por lo que llaman al alcalde de la comuna y también a los directivos de la Empresa Portuaria Austral (EPA) a ofrecer facilidades para la vida del trabajador portuario, que alcanza a un universo de casi 700 personas dedicadas a esta labor con 300 sindicalizadas en total, según estimó el presidente del sindicato.
Dificultades
La principal problemática que ha redundado en la crisis del sector, a juicio del dirigente, tiene que ver con la acentuada cesantía que, asimismo, se transforma en una dificultad social porque quienes se desligan del puerto, por lo general, son rechazados posteriormente en otras labores por desconocimiento o porque la experticia la desarrollaron sólo en ese ámbito que les impide desenvolverse en otros sectores.
Y del escaso capital humano que consideran queda activo en el oficio, no lo capacitan como se quisiera. Es más, acusan cierta discriminación al trabajador que no está contratado por las empresas –que en su mayoría son sindicalizados- al que otorgan sólo un curso por año.
“Nosotros solicitamos cursos y nos entregan uno en el año, siendo el curso que sea, pero las empresas tienen facultad de entregarle todos los cursos que quieran hacer a sus trabajadores y nosotros, que igual capacitamos a la gente, tenemos posibilidad de capacitar y no nos entregan, es lo que está matando al trabajador antiguo, porque hay muchas personas que ya no los reciben. Ellos nos dicen que lo que quieren es rendimiento y por eso el afán de hacer tantos cursos portuarios”, declara Villarroel.
Ante este escenario es que se opta por buscar trabajos paralelos porque es tal la situación, asegura el dirigente que “hoy ya no nos da para vivir prácticamente”. Incluso, señala que junto a colegas del gremio ha acudido a hablar con las empresas de suministros básicos como Gasco y Edelmag, con el objeto de que a algunos socios “no les corten los consumos y se esperen un poquito”.
Por último, agradecido de la gestión efectuada, reflexiona como antaño: “No podemos dejar de manifestar que la autoridad ha dejado de lado este puerto, este sector, este grupo de trabajadores. Hoy día cuánta gente de nosotros no puede trabajar y tiene que pagar consumos, hay gente que todavía arrienda, entonces no sabemos dónde acudir para que se les entregue una ayuda”.
EPA
Las relaciones con la nueva gerencia de la Empresa Portuaria Austral (EPA), tampoco han tenido los frutos que querían. De acuerdo afirma Villarroel “con la EPA no hemos tenido ninguna conversación”, lo que lamenta porque como gremio hubieran deseado una mesa con todos los dirigentes junto al nuevo ejecutivo, Ignacio Covacevich, lo que se decidió hacer de forma separada.
“De esa manera, ellos calculan ahí con quièn van a trabajar y con quién no. Llaman dirigente por dirigente para saber su posición y eso no nos parece”, señaló.
Además, critican haberse enterado de los planes de infraestructura de la empresa para con el muelle Prat, a través de la autoridad de la Gobernación Marítima y no la misma EPA. “El que nos informó que había un estudio de cuatro meses sobre lo que podría pasar con este puerto fue el capitán de Puerto de la Gobernación Marítima y fue también quien nos recomendó conversar con la EPA, ver cuáles podrían ser las pérdidas de turno de los trabajadores”, indicó, añadiendo que “fui claro en decirle que si alguien se tenía que ir, era una pérdida laboral y alguien debía hacerse responsable, es decir, la EPA”.