Usuarios del sistema debieron esperar hasta cinco horas para ser atendidos y el servicio sanitario fue calificado de “vergüenza nacional”. Desde principios de este mes, funciona en la Región de Magallanes el segundo sistema aduanero del país (el primero es en paso Los Libertadores), denominado control integrado fronterizo, que debería hacer expedito los trámites para quienes se movilizan entre Chile y Argentina.
Se trata del nuevo complejo aduanero de Monte Aymond, que tuvo su prueba de fuego el fin de semana recién pasado. Esto, debido al feriado largo y a que en Río Gallegos se realizó la famosa competencia automovilística Turismo Carretera (TC), que atrajo a cerca de 40 mil personas de todas partes.
Y según las quejas de los usuarios, hechas públicas en todo tipo de redes sociales, la prueba no fue superada. Lejos de haber mejorado el sistema de control migratorio, Aduana se vio colapsada como en los peores días de verano.
Porque durante la última temporada estival, antes de la renovación del complejo, Carabineros de Monte Aymond registró un tránsito total diario de 5.000 pasajeros, con tiempos de espera que podían llegar a las cinco horas.
Ahora, sumados el sábado y domingo pasado, circularon un total de 6.848 personas. Eso desgranado en 1.385 vehículos hacia Chile, con 5.042 pasajeros, y 589 vehículos hacia Argentina, con 1.806 pasajeros.
“Codo a codo”
Según explicaba la gobernadora provincial de Magallanes, Gloria Vilicic, en su momento, este nuevo sistema, denominado “codo a codo” viene a dar cumplimiento a tratados bilaterales sobre controles integrados fronterizos, y permitiría en el trabajo conjunto, una mayor agilidad de atención de público.
No obstante, el fin de semana se hizo evidente una grave falencia en el sistema de aduanas. Así lo comentó una usuaria chilena: “Se supone que los cambios que se hicieron en la frontera iban dirigidos a mejorar los tiempos de espera y el servicio en días peak, cosa que ayer estuvo bastante complicada. Nosotros tuvimos tres horas de espera cuando veníamos desde Argentina hacia Chile. Hubo gente que estuvo cinco horas esperando”, aseguró la puntarenense.
Además, “lo que sucedía es que de cada vehículo se bajaba una sola persona a hacer el trámite o si no significaba un colapso total. Nosotros caminamos como un kilómetro para llegar a la fila y después fueron como tres horas de espera en la fila hasta el mesón de atención. Había como un kilómetro, desde la frontera hacia Argentina, de vehículos haciendo el trámite”.
Incluso hubo personas que se vieron obligadas a retornar a Río Gallegos y esperar un día más para volver a su país.
Pero, si eso podía ser comprensible por los viajeros, que conocen el lento funcionamiento de Aduanas, lo que más creó indignación fue la situación insalubre de los baños del complejo, dado que al parecer no hubo presente personal de limpieza durante el fin de semana.
“Uno puede entender que por el momento, por las carreras, se junte mucha gente, pero lo que no tiene justificación, es que los baños hayan sido una asquerosidad, una vergüenza nacional”, fue la calificación de una lectora del Diario El Pingüino.