Limitado espacio dificulta las terapias en Centro de Rehabilitación Cruz del Sur

General
25/10/2011 a las 11:01
Lograr la meta de $ 340 millones que proponen las “Jornadas por la Rehabilitación en Magallanes” para este año, representa un apoyo fundamental para mantener y mejorar la atención del organismo. La comunidad magallánica siempre ha demostrado su gran capacidad de ser solidaria con las personas que más lo necesitan.
Desde 1988, el Club de Leones Cruz del Sur, ha organizado año a año las “Jornadas por la Rehabilitación en Magallanes”, que mediante una serie de eventos y colectas comunitarias, reúnen fondos para apoyar el trabajo que se realiza en el Centro de Rehabilitación Cruz del Sur, que celebra 25 años al servicio de las personas con capacidades diferentes.
Este centro que comenzó dando atención a poco más de 100 personas, en la actualidad brinda servicio a más de 1.000 pacientes que requieren cada día una mejor atención.
En ese sentido, el incremento constante de personas que necesitan los servicios que ofrece el centro, representa un desafío para las decenas de profesionales que se desempeñan ahí, ya que el limitado espacio de acción se ha convertido en el principal problema para esta institución sin fines de lucro.
El jefe del área de Terapias, Heriberto Henríquez, comentó a Diario El Pingüino, que la necesidad primordial del centro es contar con una infraestructura adecuada para atender en forma óptima y confortable a los pacientes.
“Tenemos una situación compleja. Tenemos espacios muy limitados y se han ocupado lugares que no corresponden. Algunos pasillos se han habilitado para dar atención a personas”, comentó Henríquez.
Esta falencia, además de dificultar las labores de los profesionales y la rehabilitación de los pacientes, limita la cantidad de atención en el lugar, formando una larga lista de espera, la cual podría disminuir considerablemente con la contratación de más especialistas, pero el espacio disponible actualmente para trabajar, trunca finalmente el crecimiento del servicio.
Por su parte, Viviana Obando, asistente social del centro, señaló que constantemente coincide que los menores con capacidades diferentes que reciben atención, pertenecen a sectores con mayor vulnerabilidad social, por lo que esta obra necesita del apoyo de todos los magallánicos.
“Esto es algo de Magallanes y al servicio Magallanes. La creciente demanda de usuarios debe ser un llamado a que todos cooperen, ya que nunca se sabe cuándo se puede necesitar de estos servicios”, comentó Obando.
Una de las principales ventajas que ofrece el Centro de Rehabilitación Cruz del Sur “es que todo el servicio y atención está a cargo de personal especializado”, según dijo Carolina Leiva, fonoaudiologa de la institución, que al igual que los profesionales que ahí colaboran asegura que contar con mejores instalaciones beneficiaría a los pacientes y trabajadores actuales, además de ayudar a disminuir reducir la lista de espera.
El gran abanico de servicios que ofrece el centro de rehabilitación, es otra de las principales razones por las que ha incrementado la demanda.
“Para poder atender a más pacientes es fundamental contar con los recursos. Es importante que la gente entienda y conozca todo lo que se hace aquí para que continúen apoyando”, comentaron Verónica Bustamante y Alejandra Ojeda, profesionales del área de terapia ocupacional.
Anualmente, el centro de rehabilitación precisa en promedio $ 1.200 millones sólo para mantener los gastos de operación, por lo que cumplir la meta de los $ 340 millones que proponen las jornadas este año es fundamental para mantener un servicio de calidad.
Rehabilitación y servicio
En 2001, Luisa Mimica ingresó al Centro de Rehabilitación Cruz del Sur como paciente, ya que por la fractura de varias vértebras a raíz de un accidente automovilístico quedó imposibilitada de sus extremidades inferiores.
Ese mismo año, la institución la incorporó a las filas de trabajo y servicio, contratándola como encargada de la central telefónica y secretaria del centro, lo que devolvió las tranquilidad y alegría a su familia.
“Cuando uno queda en silla de ruedas cree que no volverá a trabajar, pero el trabajo y terapias no son sólo para los pacientes. La familia también recibe una rehabilitación emocional”, comentó Mimica, quien hace una invitación a toda la comunidad magallánica a cooperar con las jornadas, y “ponerse en el lugar del otro, ya que nunca se sabe cuándo se necesitará. Hay que ser generoso, así como uno da también recibe”, finalizó.

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