A menos de cien kilómetros de la frontera con Estados Unidos, se encontraba un rancho mexicano que se había convertido en el mayor narcocampamento de “Los Zetas”, ya que servía para entrenar a unos 200 sicarios, muchos de los cuales ahora escapan del acoso policial. Dentro del rancho de “Las Águilas”, en el estado de Nuevo León, la desolación es total, según pudo comprobar Efe en un recorrido hecho ayer por el lugar, días después de una serie de operaciones contra responsables de los dueños de la hacienda.
La zona donde se encuentra este rancho está resguardada por efectivos militares, pero dentro sólo hay un centenar de cabezas de ganado, caballos, animales de granja, vehículos y maquinaria abandonada.