
Unas horas antes, en esta misma ciudad de 75.000 habitantes, la más afectada por el temblor, otro estudiante, Muhammet, de 19 años, ya había sido rescatado con vida bajo los escombros de un edificio de cuatro plantas.
Las esperanzas de seguir encontrando sobrevivientes disminuyen de manera rápida, puesto que mucha gente tiene que pasar la noche en tiendas abarrotadas o, directamente, a la intemperie, alrededor de algunas hogueras encendidas para combatir las bajas temperaturas.
En Van, la principal ciudad de la región, muchas familias decidieron regresar a sus viviendas, pese a que las autoridades advirtieron que los edificios pueden derrumbarse.
Así mismo, las excavadoras comenzaron ya a retirar escombros, poniendo así fin a toda esperanza de encontrar allí más sobrevivientes. En Ercis, un centenar de rescatista regresaron también a sus ciudades de origen.
Otro sismo, de magnitud 5,4 en la escala de Richter, volvió a sacudir este jueves a Turquía, esta vez en Yuksekova (provincia de Hakkari), a 250 kilómetros al sureste de Van, según el instituto de sismología de Kandilli.