
A primera hora de ayer, trabajadores de una empresa constructora contratada por la directiva del siniestrado Club Pesca y Caza, comenzaron a realizar los trabajos de demolición de lo que quedaba de los niveles superiores de la antigua casona, ya que con los fuertes vientos y el paso de los días, se había transformado en un peligro para los transeúntes y, especialmente, para los pasajeros de buses que comúnmente abordaban los interprovinciales en dicho sector. Los trabajos fueron una primera etapa, destinados solamente a asegurar los escombros que se encontraban en más compleja situación.