El Cuerpo de Bomberos de Punta Arenas en 2011 ha debido afrontar incendios que han remecido a los habitantes de la ciudad. Sólo en septiembre hubo dos que marcaron a la población: el siniestro que destruyó el edificio del Club Pesca y Caza y la construcción de la nunca inaugurada discoteca Kmasú y la tragedia del Edificio Don Bosco, que arrasó con cuatro departamentos en pleno centro. Sin embargo, no es el centro principal de la ciudad el que mayor cantidad de siniestros posee, sino que de acuerdo con los antecedentes de la base de datos que maneja la institución, en los sectores periféricos de la ciudad se generan más emergencias.
El sector con mayores incendios de viviendas es la Población 18 de Septiembre con ocho emergencias en el primer semestre. En el Barrio Sur, por su parte, se ha necesitado de las fuerzas bomberiles en seis oportunidades en el mismo lapso de tiempo. La Población Silva Henríquez en tanto, ha requerido la presencia de bomberos en cuatro ocasiones por siniestro que han afectado a casas.
En materia de accidentes vehiculares, es el sector céntrico de la ciudad es el que mayor cantidad de operativos ha requerido, en los cuales personal especializado de la Primera Compañía de Bomberos ha debido intervenir por personas atrapadas entre los restos de los automóviles, o prestando apoyo para la atención de los heridos.
Si bien los incendios ocurren con relativa frecuencia en Punta Arenas, según expertos, por la conjugación de factores como el material de las viviendas, la calefacción a gas que permite tiempos más prolongados y continuos de calor, sumado a que la construcción local se basa en material ligero (madera) que combustiona con mayor facilidad.
De acuerdo con las estadísticas del Cuerpo, las compañías que más han debido asistir a estas emergencias en la población 18 de Septiembre son la octava, sexta y tercera.
Finalmente, la autoridad bomberil destaca que la falta de mantenimiento en artefactos de gas e instalaciones eléctricas son los principales motivos de incendios, la intervención humana (descuidos o accidentes), ocupa una tasa importante en la provocación de incendios, siendo esta de alrededor del 30% de las oportunidades.