Unánime fue la condena de los jueces Jovita Soto, Pablo Miño y José Flores, quienes ayer encontraron culpable a Fernando Alberto Godoy Vega de dos delitos: abuso sexual y violación impropia, ratificando así el primer fallo que lo condenó a nueve años de cárcel pero que, por un recurso de nulidad que presentó el defensor, dicha resolución se anuló y tuvo que hacerse un segundo juicio el que terminó ayer, en veredicto condenatorio. Los hechos denunciados se remontan a cuando la niña tenía cinco años (entre 2006 y 2009), según la acusación del fiscal Fernando Dobson, y fueron cometidos al interior del inmueble del acusado, cuando la menor visitaba este lugar, sin existir parentesco entre ambos.
Por el delito de violación impropia el fiscal pidió al tribunal una condena de cinco años y un día, más cuatro años por el abuso sexual. Dobson dijo al término del juicio que Fernando Godoy no merece ningún beneficio y pidió que la pena las cumpla con cárcel efectiva. Y no compartió la atenuante de “irreprochable conducta anterior”, que planteó el abogado defensor Leonardo Vallejos, quien además solicitó al tribunal que la condena a imponer a su cliente la cumpla en libertad vigilada.
“Estamos destruidos”
Más allá de retirarse conforme del tribunal con el fallo que volvió a condenar a Fernando Godoy, por otra parte es muy complicado para los padres de la menor todos los pormenores que rodearon esta situación, partiendo por la confianza que existía con el acusado, algo de lo que este último se aprovechó.
“La vida te cambia, porque debes vivirla de otra forma, con miedo y desconfianza respecto a terceros que uno no sabe cómo actúan. Porque esto se basó en la amistad que existía con esta persona y que al final terminó haciendo algo por lo cual merece estar en la cárcel, aunque no sé si será la cárcel lo que se merece”, indicó ayer el padrastro de la menor, después de conocer el veredicto (no entregamos la identidad para proteger a la víctima).
Con esto la familia quedó destruida aunque van saliendo adelante y, lo más importante, brindándole el apoyo que la niña necesita. “La verdad es que nos deja más tranquilo que lo encontraran culpable, pero no puedo sonreír porque ya marcó la vida de esta pequeña, y quizás qué sucedió antes con otras personas, porque después supimos que en el pasado habría hecho lo mismo”.
Señala que gracias al apoyo de profesionales la menor está saliendo adelante. “Está tratando de ser una niña normal y lo va a lograr gracias a la ayuda de mucha gente, pero hay que seguir trabajando, porque no sabemos qué puede pasar más adelante”.
Peligro
Después de la experiencia vivida, este hombre recuerda aquella frase que dice que “en la confianza está el peligro”. Aconseja a los padres a estar muy atentos cuando los hijos presentan cambios de conducta. Ellos nunca pensaron que algo así les podría ocurrir, sin embargo les pasó.