
El conductor indicó que anda mucha gente en estado de ebriedad y que el horario más riesgoso era el de las cinco de madrugada, “hay que ver bien a quien tú subes; a mí me han querido asaltar en dos oportunidades, hay veces en las que uno ve peleas, gente apuñalada, pero lo que más preocupa y da pena es el estado en el que quedan los jóvenes a la salida de las discotecas y ahí uno se pregunta dónde están los papás”. Respecto de los sectores, el chofer señaló que era complicado trabajar en algunos barrios “como por ejemplo la Población Archipiélago de Chiloé, Cardenal Silva Henríquez, de Punta Arenas, se ha vuelto inseguro y peligroso en la noche”, expresó.
En tanto, Pablo Silva, chofer de la línea 112, señaló que el ser colectivero en la actualidad se ha vuelto más dificultoso desde la llegada de las micros, no tanto para los dueños de los autos, sino para los choferes. En cuanto al trabajo de noche manifestó que era inseguro y que a él lo habían asaltado en dos ocasiones. “Uno no sabe quién sube al colectivo; es peligroso manejar, sobre todo, los fines de semana, porque andan muchas personas conduciendo en estado de ebriedad. Uno se encuentra con situaciones de todo tiempo, peleas, acuchillados, sobre todo en la periferia, por dar un ejemplo de esto la Villa Nelda Paniccucci. Yo antes subía, ahora ya no porque me he encontrado con situaciones bastante complicadas y en el fondo lo único que estoy haciendo es arriesgando mi vida”, precisó. Andrés Aguilar indicó que como en la noche hay menos fiscalización, muchas veces se debe competir por los pasajeros con colectivos piratas. “Trabajar de noche es complicado, pero hay sectores más inseguros que otros, como por ejemplo Loteo del Mar. Pero lo más destacable es que cumplimos con una labor social ya que siempre va a haber un colectivero como testigo de algún hecho que denunciar”, expresó.