
Esteban Capkovic, comenzó su carrera como piloto en la década del 60 cuando se realizaban cerca de dos carreras al año y se corría por lo general en temporada veraniega, junto a algunos pilotos argentinos que llegaban a visitar esta zona. Según fuentes del historiador dedicado al automovilismo, Carlos Raúl Zapico, la primera carrera de Esteban puede haber sido el 17 de enero de 1965, donde no pudo culminar por rotura de motor y el ganador de esa carrera fue Goodfrey Finlayson en un Ford Ranchero. Según relata la historia, al año siguiente en el circuito “Almirante Señoret” de Porvenir, también tuvo poca fortuna sin poder largar. Pero en definitiva su primer podium, lo logró en su lugar origen, Punta Arenas, donde obtuvo un cuarto lugar en la carrera del circuito “Arturo Prat” el 12 de febrero de 1967.
El año 1968, Esteban, se obsesiona por armar su propio auto y es de esta manera como construye la famosa “Empanada”, sobre la base de un auto Ford Boiturette del 1937. el debut de esta máquina es en Río Gallegos y consigue un meritorio segundo lugar. Luego viene el Campeonato Patagónico, que organiza la Federación Deportiva de Automovilismo de la Patagonia. En estas fechas logró un quinto lugar en la ciudad de Comodoro Rivadavia. Desde esos tiempos, nos damos cuenta de la fuerza que había tomado el automovilismo, haciendo una verdadera integración patagónica.
En 1970, Esteban Capkovic, fue elegido como el deportista del año lo que fue el despegue de su carrera y comenzó a ganar todo lo que venía. Una de sus victorias más recordadas es la de Cabo Negro a fines de noviembre de 1974, ya que se transformó en su última carrera competitiva antes de su adiós. En aquella oportunidad, en un gran duelo logra arrebatarle el primer lugar a Tuly Solo de Zaldívar, quien era la figura prominente del automovilismo y venía con una gran carrera y en tercera posición Víctor Gallegos.
Las carreras y el rugir de su motor quedaron en un silencio absoluto el 8 de diciembre de 1974, cuando salía en últimas posiciones del Gran Premio Sopesur y en carrera había sobrepasado a la gran mayoría de los coches, en una fatídica curva entre el tramo Valdivia – Concepción, finalmente nos deja de este mundo con un legado inmenso y que hasta hoy es recordado como uno de los más grandes del deporte motor de la Patagonia chilena-argentina. El homenaje más que merecido a una leyenda del automovilismo que aún vive. Descansa en Paz, Esteban “Carita Sucia” Capkovic, que los motores este fin de semana sonarán en tu honor y memoria en la pista de Cabo Negro.