
El análisis sectorial de las ramas de las actividades laborales que fueron responsables de los números positivos para el país fueron el sector de la agricultura y hogares privados con servicios domésticos, los que fueron seguidos por los rubros de la industria y actividades inmobiliarias empresariales y de alquiler.
Cuando se tiene en cuenta los doce meses la variación de la fuerza de trabajo es de un 3,1%, mientras la ocupación alcanza los 3,5%, cifras que siguen adelante con la tendencia decreciente observada a comienzos de año.
Otro punto detallado en el nuevo informe del Instituto de Estadísticas es el tipo de relación laboral que tienen las personas en nuestro país. Los asalariados mantuvieron su crecimiento continuo anual llegando al 4,2% y los trabajadores cuenta propia o independientes mantuvieron su tendencia a la baja con un 2,1%, en el mismo lapso estudiado.
Los sectores productivos que más empleo dan a los chilenos siguen siendo la industria y la construcción, aunque los márgenes fueron mucho menores respecto a los períodos anteriores analizados, hecho distinto a lo que pasó con el comercio, rubro en el que sí fue notorio el aumento.
Respecto al aumento observado en la mano de obra de hogares privados con servicios domésticos está asociado principalmente a la baja que hubo en esta actividad el año pasado.
En relación a las horas trabajadas, durante el transcurso del año, se ha notado un claro aumento de los ocupados que laboran habitualmente 45 horas semanales, mientras los empleados a tiempo parcial o que sólo trabajan algunas horas están en segundo lugar.
Las cifras de desempleo se ubicaron por sobre las expectativas del mercado, puesto que los especialistas consultados por Reuters señalaron que la tasa de desocupación se ubicaría en 7,3%, debido a la generación de puestos de trabajo estacionales por la llegada del verano y pese a una gradual desaceleración de la economía.