Los jóvenes se están tomando muy en serio lo de las competencias automovilísticas, tanto es así que algunos a su corta edad se dedican no tan sólo a competir, sino que también a ser sus propios preparadores de sus máquinas. Este es el caso de Rodrigo “Yiyo” Andrade, un joven de tan sólo 27 años de edad y que hace menos de un año decidió entrar a competir en lo que es el campeonato regional de Automovilismo en Pista de Cabo Negro, en la categoría Monomarca Chevette clase 1, algo destacable el querer debutar en una categoría que por lógica tiene otra que es escuela como lo es la chevette Clase 2.
Debutó en la penúltima fecha del campeonato 2010-2011 y desde ahí comenzó con el pedal a fondo, un muy buen andar tuvo en esas dos últimas fechas que lo motivaron en demasía a seguir estando presente en el mundo de las tuercas y dentro de un vehículo de competición. En la temporada actual cuando se han disputado dos fechas, ya se encuentra puntero del campeonato, algo totalmente meritorio, ya que se podría decir que este va a ser el primer campeonato completo que va a realizar y actualmente está con el uno y la luchará hasta el final y al máximo, nos señaló.
Andrade nos comenta que si bien, es él quien realiza la preparación y motorización de la máquina, su padre juega un rol fundamental para estar presente, ya que su “viejo”, fecha a fecha ha estado ayudándolo y cooperándole para tener el auto en forma competitiva. Otro que siempre lo ha ayudado para ser de la partida es el hombre de la desarmaduría, Horacio Boccazzi, quien gentilmente ha cedido muchas veces su taller para poder realizar los trabajos en los vehículos, precisamente allí es donde además de preparar su propio auto, Andrade prepara dos máquinas más, de los hermanos Emilio y Horacio, que compiten regularmente en la categoría TC 2.000. A todo lo anterior se suma también lo dirigencial que ha ejercido durante algún tiempo hasta ahora este joven, ya que se le ha visto organizando y siendo una especie de comisario deportivo en lo que son las actividades del ¼ de milla cuando han competido regularmente en el autódromo de Cabo Negro.
Lo realizado por Andrade, es sin duda un ejemplo a seguir por parte de los jóvenes para así sumarse a este deporte en general y a la pista y categoría Chevette Clase 1 en particular, ya que esta divisional hoy más que nunca requiere de nuevas caras para poder lucir en la cinta asfáltica, tal como lo hacía hace algunos años atrás cuando presentaba sobre 30 máquinas en la línea de partida debiendo dejar afuera a los de menor desempeño en las tandas clasificatorias.