
Con el objetivo de potenciar la industria ganadera en Aysén, a través del aumento de la disponibilidad de forraje en base a cultivos no convencionales, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) desarrolló un proyecto, que fue cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). Se trata de especies y cultivares de brássicas forrajeras (nabos de raíz, nabos de hojas, rutabagas, coles forrajeras y raps forrajeros), las que fueron introducidas y evaluadas en Aysén. En total, fueron cinco especies diferentes, con 12 genotipos introducidos y evaluados la primera temporada; 27 genotipos la segunda temporada y 36 genotipos en la tercera y cuarta temporada.
La fundación destacó que uno de los logros obtenidos es haber podido acreditar o asegurar, que Aysén sea posible producir novillos y corderos gordos durante un período más prolongado del año, ya que este proyecto permite complementar el actual sistema de engorda en base a praderas de primavera-verano, con la engorda en base a brássicas forrajeras, durante otoño e invierno.