
Su presencia fue uno de los acuerdos alcanzados ayer en una cita de cinco horas entre la intendenta Pilar Cuevas y el llamado Movimiento Social por la Región de Aysén.
Ubilla confirmó su viaje en paralelo al compromiso de los manifestantes de que se permitiría el flujo de personas y el abastecimiento de la ciudad, interrumpido desde el lunes, con bloqueos en distintas rutas. "Mientras ellos mantengan ese acuerdo, Carabineros estará expectante, atento pero no actuando", dijo Cuevas.
Los enfrentamientos con la policía habían comenzado el lunes, cuando pescadores artesanales se tomaron el aeródromo de Melinka. Y el martes, cerca de 300 personas bloquearon con barricadas rutas de acceso a la ciudad, incluida la vía a Coihayque.
Ante esto, el martes en la tarde, Ubilla telefoneó de urgencia a Cuevas, para pedirle suspender sus vacaciones.
Ayer, el panorama recrudeció. Barricadas y enfrentamientos con Carabineros -que no dejaron detenidos-, el comercio cerrado, accesos al aeródromo y al puerto de Chacabuco bloqueados y una preocupante falta de combustible: durante la jornada, la gente se había apresurado a llenar sus estanques. Así, las reservas para una semana habían bajado a las disponibles para tres días (ver secundaria).
En este escenario, la preocupación de La Moneda tenía una sola imagen como telón de fondo: las protestas que hace un año aislaron por varios días a Punta Arenas, gatillando una baja en la aprobación del gobierno en los sondeos. Dicho episodio había comenzado por un reclamo contra el alza de los combustibles. Y sólo se cerró tras el viaje a la zona del entonces ministro de Energía y actual titular del MOP, Laurenece Golborne (ver recuadro).
Así, desde La Moneda -donde el tema ha sido monitoreado por Ubilla y el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter- se puso en marcha de inmediato un plan, para evitar que Aysén se transforme en un "puntarenazo".
Una de las primeras decisiones: por la tarde llegó a la zona contingente adicional de Fuerzas Especiales de Carabineros. Además, a través de Onemi, se buscó asegurar el abastecimiento de combustible.
En paralelo, Cuevas buscó negociar una salida. Espacio para ello había, decían en Palacio. En el episodio de Magallanes en 2011, todos los sectores se habían unido para evitar un alza del combustible. Ahora, sin embargo, el Movimiento Social por Aysén agrupa tantas peticiones como los cerca de 20 grupos que lo integran, como los pescadores, la Anef, la CUT y Patagonia sin Represas.
Incluso, ayer habían pedido la presencia de los ministros Hinzpeter, Pablo Longueira (Economía) y Felipe Larraín (Hacienda).
En el gobierno veían con inquietud el rol de la alcaldesa de Puerto Aysén, Marisol Martínez (PS), quien se sumó a las protestas y que anoche negó que se hubiera llegado a un acuerdo y dijo a TVN que se "mantendrían los bloqueos de rutas".
Sin embargo, horas antes, Cuevas afirmó haber avanzado -echando mano a recursos regionales- en algunas peticiones "locales", como subsidio al transporte. La presencia de Ubilla esta tarde apuntará a conversar los temas que requieren la acción del gobierno central. El subsecretario dijo anoche que esperaba un mejor clima al que enfrentó el año pasado en Punta Arenas, aunque agregó que no estaba definido cuánto tiempo permanecería en la zona.