
Nuestra sólida economía pone a Chile en la mira de muchas naciones. Y por ser un país de “fronteras abiertas”, estamos recibiendo gente de las más variadas nacionalidades. Y la Región de Magallanes no escapa a esta realidad, sobre todo propiciada por la llegada de empresas extranjeras que vienen a la explotación de hidrocarburos.
Es así que la oficina de Extranjería de la gobernación provincial registra antecedentes de ciudadanos norteamericanos, argentinos, bolivianos, ecuatorianos. A esto se suman las ciudadanas colombianas, dominicanas, entre otras nacionalidades, que vienen a trabajar de “garzonas”. Al menos es el contrato que exhiben para poder postular a una residencia. Aunque muchas alegan sentirse discriminadas porque son vistas como prostitutas siendo que no todas se dedican a eso.
“Muchas tenemos familia, estamos casadas con magallánicos y con hijos, pero a todas nos tratan por igual lo que nos hace sentirnos discriminadas, algo que consideramos injusto”, alega Jessica Cruz, de nacionalidad dominicana, quien ha pasado a convertirse en la vocera de las mujeres de su país.
Lamentaron la discriminación por el color de piel y recordaron que “todos tenemos sangre roja”.