
La medida tiene lugar tras una campaña informativa y una marcha blanca, que en total duraron seis meses.
Pérez explicó que el objetivo de la medida es "devolver la certeza en los campos de viaje de los usuarios del Transantiago, y para ello es clave el respeto a las vías exclusivas, pues mejora la velocidad de los buses, la frecuencia y permite que las personas lleguen más rápido a sus hogares, colegios o puestos de trabajo".
Con el objetivo de no sorprender a los automovilistas, se instalaron 220 letreros informativos en los ejes exclusivos, y se demarcó, con pintura roja todas las intersecciones de las vías exclusivas del centro de Santiago.