
Sin embargo, altos oficiales aseguraron que estas fisuras eran superficiales y que no afectaba las condiciones de vuelo. La reparación debía hacerse por medio de un parche que se colocaba en el lugar donde estaba la grieta que había que reparar.
El mismo artículo asegura que la aeronave llegó a Enaer en marzo de 2011, donde fue pintado y que en agosto fue devuelto al grupo V de la FACh en Antofagasta donde se le realizó una inspección profunda. Esa fue la última revisión que tuvo hasta el accidente del 2 de septiembre.
Sin embargo, ni en los talleres de Enaer, como tampoco en la base de Antofagasta, se realizaron los trabajos que tenía pendiente el avión CASA 212.
Hasta ahora, se sabía que entre las tareas pendientes estaba el cambio de un perno en la columna de mandos de la nave, tal como lo recomendó el fabricante en un documento que hizo llegar a la FACh en 2002. Una semana después del accidente, la Fuerza Aérea ordenó la compra de estos pernos a la empresa española.
El tercer asunto pendiente que tenía la nave era el cambio de la baliza de emergencia o ELT. Este sistema se activa cuando los aviones sufren algún tipo de impacto y ayuda a su localización mediante la emisión de señales satelitales. Una orden interna de la FACh, emanada el 27 de julio de 2011, recomendó el cambio del ELT porque en los aviones CASA 965 y 966 (el accidentado 212) estaba funcionando de forma “errónea”. En ese momento, la nave estaba siendo pintada en Enaer, pero el cambio de baliza no se llevó a cabo. Lo extraño es que al avión gemelo del accidentado, el CASA 965, sí se le cambió la baliza de emergencia en la fecha recomendada por la instrucción interna. En la FACh señalan que al avión que cayó al mar en Juan Fernández no se le instaló la baliza satelital porque no hubo tiempo. El hecho de que hubiera trabajos pendientes en la nave ha generado al interior de la Fach una serie de críticas a los generales Manuel Quiñones y Eduardo Guevara, este último jefe de mantención de los aviones que posee la institución.
Esto se suma a la información que se dio a conocer ayer, de que el avión voló con 165 kilos de sobrepeso. Además, la renuncia del general de aviación Carlos Bertens, por el retraso del análisis y entrega de la información sobre el accidente.