
2.- Nos parecen lamentables las acusaciones ya que nuestra principal preocupación son los damnificados y su situación, toda vez que apenas una parte ha recibido alguna ayuda y la inmensa mayoría espera que el aparato burocrático cumpla sus plazos a mas de 40 días del aluvión que nos afectó.
3.- Todos los integrantes de la Agrupación padecimos y padecemos de la falta de capacidad para ser advertidos y reaccionar ante la catástrofe.
Repetimos que nos parece impresentable el desentendimiento y falta de empatía de las autoridades, quienes por sobre el bienestar de las y los ciudadanos han actuado de manera tardía, reactiva, descoordinada y esporádica sin que a mas de un mes de pasada la tragedia presenten soluciones efectivas para quienes aun no recuperan el normal desenvolvimiento de sus vidas laborales y personales.
4.- Nos asiste el derecho de exigir justicia y verdad. Nos asiste el derecho de exigir que quienes ejercen cargos públicos se comprometan con la ciudadanía con probidad y eficacia, porque finalmente las y los ciudadanos somos sus mandantes.
5.- Por último señalar que cuando la ciudadanía decide organizarse es un acto profundamente político. Aunar fuerzas es parte de la única defensa que tenemos las y los ciudadanos ante la autoridad. Las catástrofes no eligen los colores políticos partidarios de los gobiernos de turno, que solo debieran responder velando por el bienestar de los vecinos y la población en general.