
En este contexto, la experiencia española podría ser muy útil para Chile, aseguró Galilea, pues es uno de los mayores consumidores de productos del mar a nivel mundial y tiene una larga tradición en la ejecución de campañas que incentivan el consumo de pescado en toda la población, especialmente en los niños.
Con respecto a los beneficios que traería un aumento del consumo – que actualmente en Chile roza los 7 kilos per cápita- el Subsecretario de Pesca sostuvo que “existen muchos recursos pesqueros que podrían tener una mayor demanda en el mercado interno, lo que significa mejorar la rentabilidad y diversificar la oferta de la canasta de productos, particularmente de los pescadores artesanales que hoy representan el 50 por ciento de los desembarques pesqueros chilenos”.