A un año de incendio, mujeragradece ayuda recibida

General
02/06/2012 a las 11:30
Hace exactamente un año, el 2 de junio de 2011, una modesta mujer de la población Gobernador Phillipi lo perdía todo en un voraz incendio. La casa terminó completamente destruida y sus ocupantes quedaban en la calle. “Seis damnificados por incendio”, titulaba Diario El Pingüino en su edición del 3 de junio. La nota de la página 2 lo decía todo: “Tres adultos y tres niños escaparon por milagro en incendio de madrugada”.
La dueña de casa, Flor Díaz, clamaba ayuda a la comunidad, porque no salvaron absolutamente nada. “Salimos en ropa interior”, dijo esa fatídica madrugada del 2 de junio, después de que logró abandonar la casa envuelta en llamas, junto a sus dos hijas y tres nietos.
Un vecino tocó la puerta de calle, después de ser el primero en darse cuenta de la aparición de las llamas y gritaba para que los ocupantes salieran al exterior.
La casa de esta familia, ubicada en pasaje Teodoro Von Fuch N° 379, fue rápidamente presa de las llamas. Los ocupantes salvaron por milagro y debieron salir con lo puesto, sin poder salvar absolutamente nada.
Díaz, la dueña de casa que junto a su grupo familiar lo perdió todo, clamó por ayuda, y los vecinos, encabezados por su presidenta, Marisela Vargas, fueron los primeros en tenderle una mano. Durante tres meses vivió en la sede vecinal de la Junta Vecinal Nº39, Gobernador Phillipi.
El ruego a las empresas constructoras para tener un nuevo hogar al parecer cayó en tierra fértil. Como muchas otras noticias, después de ocurrida la emergencia el tiempo pasa y no se sabe más de sus protagonistas.
Agradecimiento
En esta oportunidad la situación fue distinta, porque Díaz se contactó con Diario El Pingüino para agradecer públicamente, a través de este medio, todas las muestras de afecto y apoyo que recibió con posterioridad al incendio.
Destacó a empresas, particulares, autoridades, amigos y vecinos, “porque gracias a todos ellos volví a tener mi casa”, señaló, mostrando con orgullo las nuevas dependencias, ahora de dos pisos. “Estoy de pie nuevamente”, dijo emocionada y rodeada de sus seis nietos: Jonathan (9), Nicolás (8), Jurliette (8), Dante (6), Óscar (5) y Vania (2).
“Ellos eran mi motor de arranque, no los podía dejar solos”, señaló mirando a sus nietos. Incluso algunos recibieron tratamiento sicológico después del siniestro.
Sin embargo todo esto es pasado para Flor Díaz. Ahora, en su nuevo hogar, reconstruido con muchas manos solidarias, solamente mira con optimismo el futuro y reitera un “muchas gracias” a todos los que le ayudaron.

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