
Siempre se la ha catalogado como una carrera muy dura en su trazado, esto acompañado directamente de clima, pero en los últimos años hemos tenido de todo y para todos los gustos.
El año pasado el suelo se presentó “bueno” encontrándose con la nieve recién pasado las el sector de Las Flores, encarando la carrera desde Río Grande como base, y si bien la nieve era tan alta en algunas partes que no permitía salirse del camino, éste estaba transitable e incluso veloz, pero había que tomar resguardos en el sector de Puesto del Ocho, previo y post Russfin por unos cortes que se formaron y con el hielo se solidificaron, convirtiéndose en una verdadera trampa para los corredores. El regreso desde Porvenir al día siguiente no sufrió grandes modificaciones.
El año del diluvio
Una de las carreras que ha mostrado dos días con bastante diferencia de suelo fue la del 2009, ese año al igual que el pasado la carrera tuvo base en Río Grande, además ese mismo año cayó mucha nieve en Tierra del Fuego por lo que se daba por hecho que sería una en su mayoría de nieve y hielo. Sin embargo, un par de días previo a la competencia, el clima una vez más sorprende y cambia de tal manera que se lleva toda la nieve, además el viento cooperaba con secar la ruta. Todo un buen augurio para la gran competencia, pero como se dice tradicionalmente en esta cita: “Nada está dicho hasta que se larga” y justamente todo volvió a cambiar. En la madrugada del clasificatorio, la lluvia se hizo presente sin intenciones de irse y comenzó a vivirse una nueva carrera, ahora con barro.
Finalmente la carrera largó con condiciones regulares dejando a varios damnificados en el camino.
La segunda etapa fue peor aún, ya que todo el día de descanso en Porvenir estuvo lloviendo y el agua fue tal que se comenzaron a formar lagunas en el camino, estas eran de dimensiones jamás vistas por los habitantes de Tierra del Fuego. En los primeros 50 kilometros de carrera saliendo desde Porvenir habían al menos cuatro lagunas en el camino, siendo la más pequeña de unos dos kilómetros de largo.
Ese año, producto del agua, fueron muchos los que se quedaron en la ruta, pero en lo netamente competitivo, el 2009 se recordará por la gran victoria obtenida por el actual piloto más ganador del la Hermandad Jorge Finoccio que justamente en esa competencia logró su octava corona.
Finoccio largó la primera etapa desde la última ubicación de la grilla, esto fue algo así como desde el puesto 174. Por lo lejano de su posición pocos pensaron que el piloto de la Escudería Los Fueguinos podría lograr algo, tanto fue así que después de varias horas de arribar autos en dicha etapa, todos daban como ganador al piloto Magallánico Patricio Sánchez, sin embargo, había que esperar al “viejo zorro” que venía en la ruta saludando rezagados. Finalmente Jorge Finoccio no sólo gana la primera etapa, sino tras varios problemas en la ruta que casi lo dejaron fuera de competencia se quedó con la carrera en el año conocido como “el año del agua”. No obstante que Finoccio ganó su categoría, la general se la llevó Ángel Benítez
Así como la carrera anterior, existen varias recordadas por su clima, sin ir más lejos la anterior a la mencionada se conoció como el “año de la nieve”, carrera que ganó Luis “Negro” Senkovic, la general, y Jorge Guic se impuso en la F.
También es muy recordado por los nacionales el año 2005, un año seco, con una pista muy veloz casi en su totalidad, reservando solamente el sector conocido como la Arcillosa para cuidar la máquina. Ese año los Hermanos “Alicate” hicieron la gran hazaña de conseguir la clasificación general con el recordado Peugeot 206.
Y así muchas historias, todos saben que hay que esperar hasta último momento e irse preparado para todos los posibles factores climáticos que existan. Sin embargo es en esta época cuando se comienza a preguntar todos los días: ¿Cómo ira a estar este año? Tema obligado para los que ya sueñan con estar clasificando el 17 de agosto, y por supuesto largar desde la casona del Club de Volantes de Porvenir, al otro día a partir de las 8.00 horas.