
Como carnívoro y depredador, el puma cumple importantes funciones ecológicas al regular la distribución y densidad de los animales que constituyen sus presas, destacando herbívoros como guanacos, liebres, conejos y diferentes aves, y también otros depredadores menores tales como zorros chilla y culpeo. Desde el punto de vista administrativo, se trata de una especie protegida por la Ley de Caza y su Reglamento, encontrándose prohibida su caza, captura o tenencia, sin una autorización previa otorgada por la autoridad.
“No obstante su tamaño y apariencia, el comportamiento general de los pumas frente a las personas está dominado por la timidez y como tal, su reacción inmediata es la huída. Los desafortunados encuentro hombre-puma que han significado daños o muerte de personas han sido consecuencia de situaciones puntuales en las que el animal se ve sometido a apremios o en circunstancias excepcionales que generan confusión en sus patrones habituales de conducta. Por tanto, el primer mensaje para la comunidad es tener tranquilidad y no generar alarmas innecesarias”, aseguró Otzen.
Sin perjuicio de lo anterior y con el objeto de orientar la inquietud de la comunidad, la autoridad del Servicio Agrícola y Ganadero recomienda que “en el evento de observar un puma en áreas pobladas, no intervenga. Infórmelo a Carabineros y el SAG. Por ningún motivo intente acorralarlo y capturarlo; evite andar solo en los ambientes apropiados para el puma, especialmente para los niños y de noche; si el animal ha ingresado en la ciudad, no sea espectador, siga las instrucciones de Carabineros y retírese del sitio. La ausencia de personas es fundamental para que el animal identifique y utilice las vías de salida; si el encuentro es sorpresivo y concreto, procure no dar muestras de temor, mantenga el contacto visual con el animal, no le dé la espalda, no se agache y nunca corra. Aléjese lentamente; los animales domésticos deben recibir protección adicional”.