El movimiento telúrico, que habría sido grado IV en la Escala de Mercalli, provocó interrupción en las comunicaciones y según vecinos, “las cosas se cayeron y la cristalería se quebró, ocasionando un ruido ensordecedor”. El hecho no dejó heridos. “Fue aterrador”, dijo el gobernador Max Salas. En tanto, el alcalde de Puerto Natales, Fernando Paredes, señaló que “fueron dos remezones. El primero muy fuerte. Fue como si te hubiesen chocado la casa”.
Según datos de Sismología, desde 1949 que no se registraba actividad telúrica perceptible por la población en Puerto Natales.
