
Esta es la conclusión de un estudio realizado por el Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, SENDA, a partir de la experiencia de países que evidenciaban altos índices de consumo de alcohol y lograron disminuirlos con la aplicación de medidas para desincentivar y castigar su ingesta.
Haciendo eco de la información entregada por la directora nacional de SENDA, Francisca Florenzano, la coordinadora regional de la institución, Jenniffer Rojas, explicó que según la experiencia de países como Suecia, Canadá y Australia, la focalización en bebidas de altos grados alcohólicos permite generar cambios de hábito de consumo.
“Es una inversión y una apuesta a largo plazo. Tal vez al comienzo se dará lo que se denomina un efecto sustituto, es decir, se tiende a buscar otros alcoholes, pero también hay personas que cambian sus hábitos de consumo o dejan de beber porque consumen sólo un tipo de alcohol”, acotó Rojas. Agregando que la experiencia muestra que en esos casos el consumo se reduce en 5%, pero si se focaliza se logran resultados mucho mejores, de hasta 10%.
En la Estrategia Nacional de Drogas y Alcohol se plantea reducir en 15% el consumo anual de alcohol en población escolar, es decir, en más de 82 mil estudiantes y disminuir en 15% el consumo anual en mayor de 18 años, equivalente una disminución de más 142 mil personas. Para esto, además del aumento tributario a los alcoholes, la Estrategia considera una reforma a la Ley de Alcoholes con miras a restringir los horarios de venta, eliminar la venta de bebidas alcohólicas en los servicentros y regular la publicidad.