
Cabe destacar que la ley 18.450 fue creada en 1985, tanto para fomentar la inversión privada, a través de un subsidio a la inversión en infraestructura y equipamiento de riego, como también para ejecutar obras de drenaje. “Esta normativa establece un procedimiento para asignar recursos a privados para que puedan llevar adelante sus proyectos de riego y el objetivo principal es mejorar la eficiencia en el uso del agua en riego y aumentar la superficie regada”, explicó Rodrigo Riveros, Ingeniero Agrónomo mención Suelos y Aguas de la Comisión Nacional de Riego.
Nuestra región presenta una baja pluviometría y una alta evapotranspiración, generando un balance hídrico negativo. Así lo señaló Manuel Bitsch, quien agregó que “este déficit afecta el óptimo desarrollo del sustrato vegetal, por lo que cualquier intervención que favorezca un mejor aprovechamiento del agua, redundará en una mayor productividad”. Sin embargo, indicó que “la mayoría de estas iniciativas implican una alta inversión que determina que la incorporación de este tipo de tecnología finalmente no sea rentable. De allí la importancia de esta Ley que permite bonificar entre un 70% y un 90% de los costos netos invertidos, dependiendo del tamaño de la empresa, lo que permite revertir este inconveniente” afirmó la autoridad.
En la oportunidad participaron aproximadamente 20 consultores, entre los que se encontraban profesionales y estudiantes. “Para mí es importante interiorizarme en este tema, para aprender los manejos y a futuro poder revisar los proyectos o innovar en los manejos que ya se están realizando”, señaló Francisca Henríquez, alumna de tercer año de Agronomía de la Universidad de Magallanes.
La capacitación se llevó a cabo este miércoles 25 de julio en el Hotel Diego de Almagro.