
La visita comenzó en el Servicio de Pediatría ubicada en el segundo piso del edificio B, lugar en el que se funden el dolor y la esperanza de ver la recuperación, muchas veces asombrosa, de los pequeños hospitalizados.
La UCI Pediátrica también recibió la visita de las educadoras, repartiendo en el lugar globos y regalos a los menores que se encuentran internados, muchos de gravedad.
Posteriormente, la visita se trasladó al lugar de consultorios externos infantiles donde se congrega la mayor parte de las visitas programadas de salud. En el hall de espera, que cerca del media día se encontraba llena, las educadora repartieron dulces, regalos, pintaron caritas a los pequeños, lanzaron globos y entregaron vitaminas, que fueron el deleite de los más chicos.
De este modo, el Hospital Clínico Magallanes se llenó de luz, energía y ternura en estos días, los previos a la celebración que muchos de los pequeños compartirán con sus familias y el personal médico que los atiende.