
En las imágenes se ve a una angustiada mujer que habla a un joven hospitalizado y conectado a una máquina de oxígeno. Le dice que lo siente mucho, que sabe que su hijo antes de morir quiso ser donante, pero que ella no cumplirá su voluntad. Le explica que él no recibirá los órganos de su hijo. Luego, le quita la mascarilla de oxígeno y el joven fallece.
“Es una campaña agresiva comunicacionalmente. Creo que va a generar un gran impacto y quizás algunas personas van a reclamar, pero hay que arriesgarse si uno quiere revertir una situación negativa”, dice el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris.
El director de la agencia Hambre, Jorge Leiva, explicó que la campaña apunta a revertir la actual tasa de negativa familiar que existe frente a la necesidad de trasplantes. Las estadísticas del Ministerio de Salud indican que la mitad de las familias rechazan ceder los órganos de un pariente fallecido, aun cuándo éste haya manifestado en vida su decisión de ser donante. “Es mucha la gente que dice que es donante, lo pone en su carnet y en el minuto en que muere y se transforma en un posible donante, la familia toma la decisión final de donar o no los órganos y, a pesar de conocer la decisión de la persona, dice que no. Lo que hace el spot es mostrar que eso no termina ahí, que cuando uno no dona los órganos de un ser querido, está matando a otros seres queridos. Es una cadena”, dice Leiva.
El spot fue visado por parlamentarios, el Colegio Médico y el Ministerio de Salud, entre otros. “Yo diría que va a la vena. No busca congraciarse con el telespectador, sino golpearlo y eso se logra”, dijo el senador Gonzalo Uriarte.
El vicepresidente Ejecutivo de Anatel, Ernesto Corona, indicó que la campaña nació a la luz de los dramáticos casos que han hecho noticia -como el de Felipe Cruzat o Trinidad Gelfenstein- a raíz de la falta de donantes. “Por eso el mensaje va dirigido a los familiares de los donantes”, precisó Corona, quien añadió que sólo resta afinar el horario de la campaña.