
“Nos queda la tormenta de la verdad, el legado de la consecuencia y su voz valiente diciendo lo que otros no se atrevieron a decir, porque hay que tener coraje para levantarse de las cenizas y creer en la vida”, recalcó el dirigente de los derechos humanos.
Para Baldovino Gómez Alba, amigo y compañero de la familia Zanzi-González, el legado de Quica será inmenso. “Era una mujer valiente, digna, consecuente con su ideal de toda la vida, con grandes valores humanos”.
El dirigente socialista recuerda que “pese a su padecimiento en las torturas en 1973, ella siempre, junto a Ema Osorio, también detenida, brindaba apoyo y a sobreponerse a los dolores a las otras, casi cincuenta mujeres detenidas, en su mayoría gente joven y estudiantes”.
Sin ser una dirigente, siempre actuó en política para servir y no para servirse. Trabajó con mujeres campesinas y poblacionales en la época del Gobierno de Salvador Allende”, rememoró Gómez.
Un hecho que la marca en su solidaridad es que desde que regresó a Punta Arenas en 1984, nunca faltó para navidades visitar la sección de mujeres de la cárcel de la ciudad. “Ella siempre iba con una torta y tomaba onces con las detenidas por diversas causas”, acotó Gómez. “No quiero verlas tristes, ya que este es un paréntesis en la vida. Las cosas pasan y ustedes tienen que continuar”, les decía, recuerda el dirigente socialista, quien agregó que “nunca guardó rencor, pese a todos sus dolores, pero sí, quería verdad y justicia”.
Las cenizas de Quica de Zanzi llegarán a Punta Arenas a fines de octubre, oportunidad para rendirle el postrer homenaje y luego ser depositadas junto a su esposo, el ex gobernador de Magallanes, Carlos Zanzi Cuccuini, en el Cementerio Municipal Sara Braun.