En la confesión que Sergio Escalona entregó a la SIP de Carabineros deja claramente establecida su participación: “Sí, efectivamente yo fui quien mató al militar, cuando lo apuñalé cerca del María Behety (el parque)”. Confesó haber creado un perfil en Facebook para engatusar al militar, bajo el seudónimo “negrita paraguaya”. El hombre enganchó y entabló una conversación por el chat con la supuesta mujer. “Ese día (29 de julio) nos comunicamos y quedamos de juntarnos en la tarde, en Los Abetos con Martínez o Las Malvas. Lo hice por Facebook y celular, para lo cual utilicé un programa para que me transformara la voz a mujer”. Al llegar el imputado a la cita reconoció el auto de Mansilla, porque la esposa ya le había dicho el color y modelo. “Me acerqué y le dije que era un amigo de la negrita y que lo llevaría a la casa de ella. Subí al auto y me senté en el asiento del copiloto. Esperé que avanzara unos metros y saqué el cuchillo que tenía en mi manga izquierda y se lo clavé en el cuello”.
Confesó que previamente había estudiado por internet dónde tenía que darle la puñalada. Luego salió corriendo, escuchó que la víctima tocaba la bocina y abordó un colectivo de la línea 20. De ahí se dirigió al puente del Río Las Minas a botar el celular y el chip, “lo hice porque tenía miedo”. Posteriormente caminó a Zenteno, por el Río Las Minas, pasó a lavarse las manos en una poza de agua en el suelo, porque estaban ensangrentadas.
Antes había quemado en el Parque María Behety su camisa y pantalón de trabajo del Lider, por las manchas de sangre. Como tenía todo premeditado en una bolsa oculta en el pasto tenía ropa de recambio. Más de un mes planeó el crimen. A veces le entraba el arrepentimiento, “pero como me iba a pagar cinco millones de pesos (la esposa) tenía que hacerlo. Esto lo planeé con Irma Ovalle, quien siempre decía que quería ver muerto a su marido, que no lo quería más en su casa”.