Estudio del Senda reveló que escolares comienzan a probar esta sustancia a los 13 años, uno antes en comparación con 2007. Como un hecho que genera “preocupación” fue calificado por la jefa de División Programática del Senda, María Elena Alvarado, el “brusco descenso de la edad de inicio” en el consumo de pasta base en escolares, que reveló el noveno estudio de la institución, realizado a estudiantes de 8º básico a 4º medio durante el 2011.
Según Alvarado, este aumento en la precocidad, desde un 49% en 2009 a un 57,1% el año pasado, se puede explicar por diversos factores. Para estudiar a fondo este resultado y poder entender el fenómeno que existe tras él, la médico adelantó que el próximo año Senda realizará “un muestreo especial en población oculta, con una muestra distinta de jóvenes y adultos consumidores de pasta base”.
Alvarado dice que como el consumo de esta sustancia es “en nichos”, no como lo que pasa con el alcohol y la marihuana, que son transversales en la sociedad, se debe realizar un análisis complementario. “Los estudios para dar explicación a este descenso en el inicio del consumo tienen que estar enfocados en esas personas. No existen estudios anteriores al respecto, por lo que el del próximo año será el primero”, señaló.
La jefa de división sostuvo que estos resultados preocupan y alarman. “Aun cuando la prevalencia al consumo de pasta base sea baja, es muy grave. Este consumo está relacionado a nivel escolar con deserción, delito. Entonces, para nosotros es preocupante que escolares digan esto”, dijo Alvarado.
La metodología que se realizará el próximo año buscará -según detalló la médico- “conocer cuáles son las causas que hacen que estos escolares prueben esta droga y en relación con esta temprana edad”.
Actitud frente a drogas
Respecto de la actitud ante la marihuana, una de las principales conclusiones del estudio es la creencia en colegios particulares pagados de que “las personas pueden dejar de fumar cuando quieran”. Esta variable aumentó en 25,7 puntos respecto de 2009, llegando a 68,8%. Para la experta, esto se explica por el riesgo que ven los escolares consultados. “En los niveles socioeconómicos más bajos, la percepción es distinta. Ven a compañeros que probaron droga o alcohol y que se transforman en consumidores de riesgo. En los colegios particulares esto no se percibe así”, indica.
En establecimientos municipales esta variable aumentó 2,4 puntos, llegando al 52,5%.
Otro tópico tratado en el estudio son las drogas en el colegio. Ante la pregunta “¿Ha visto drogas en los alrededores del colegio?”, un 51,2% de los encuestados de colegios particulares subvencionados responde de forma afirmativa. Estos establecimientos, según el Senda, “han empeorado en estos indicadores respecto del estudio anterior”.
En la consulta “¿Ha visto droga dentro del colegio?”, la cifra de mayor relevancia es la que se experimenta en colegios particulares. De 35,65% que lo afirmó en 2009 baja a un 21,8%.