
Hace muchos años que se viene hablando de un paso sobre nivel, para mejorar la seguridad vial del sector, debido a la peligrosidad que implica para los miles de automovilistas que transitan a diario por el lugar.
El tema resurgió con fuerza después del 30 de julio del año pasado, con la muerte del trabajador Carlos Daniel Barrientos. Esta persona viajaba en la cabina de un camión que salió de la caleta de Barranco Amarillo cargado con bolsas de mariscos, cuyo conductor traspasó negligentemente el cruce sin percatarse de que por la Ruta 9, de norte a sur, circulaba un camión cargado con áridos. El violento impacto cobró la vida del trabajador.
El tema revivió la preocupación de algunos organismos técnicos, como la Dirección del Tránsito, por la peligrosidad que reviste el cruce. El diseño en sí no es el más apropiado. Nunca lo fue. Desde la inauguración de la vía se han presentado múltiples problemas. Incluso, las mayores dificultades la tienen siempre los camioneros, cuando deben virar en esta suerte de rotonda. La estrechez del espacio hace que las ruedas de los acoplados terminen siempre sobre la vereda y dañando los entornos.
En tiempos que la vía era competencia del Serviu, las autoridades de la época mostraron a la prensa el proyecto de vía elevada para este cruce, con las primeras imágenes virtuales. La iniciativa formaba parte del Convenio de Programación entre el MOP, Gobierno Regional y el Minvu. A la larga el proyecto nunca vio la luz. Posteriormente vino el cambio de gobierno y la propuesta nunca se ejecutó.
Ahora, con el accidente que el jueves cobró la vida de un matrimono, producto de un violento choque en el mismo cruce, vuelve a resurgir un cambio de diseño de la rotonda.
En enero
La responsabilidad ahora es de Obras Públicas. Ellos velan por la mantención y ejecución de nuevos proyectos viales.
Consultado el seremi de la cartera, Pablo Rendoll, sobre qué piensan hacer para solucionar el conflictivo cruce, dijo que en abril de este año comenzó el estudio de prefactibilidad. “La idea es que los resultados permitan escoger, entre varias alternativas, la solución más adecuada. Desde un semáforo hasta una solución mucho más compleja como la construcción de una vía elevada”. Son varios los elementos a tener en consideración, desde problemas técnicos a factores ambientales. Y si bien se acepta que la mayoría de los accidentes son por fallas humanas, “la condición actual del cruce ayuda a que esto suceda”, indicó Rendoll.
De ahí que se pretende encontrar una solución definitiva, que evite la mayor cantidad de accidentes, “porque el cruce, bajo situaciones normales, no debiera presentar mayores problemas”.
Espera que la consultora presente unas diez alternativas “y en enero ya tendríamos la solución más apropiada”.