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La niña, que sufre un grave consumo de alcohol y drogas, se encuentra en tratamiento y el viernes había recibido un permiso especial para ausentarse del establecimiento donde es tratada.
Formalizada
Carabineros detuvo a la imputada y por instrucción de la fiscal Alejandra Guevara ayer fue puesta a disposición del juez de turno, Andrés Provoste.
En la audiencia, donde fue formalizada, se le comunicó el inicio de una investigación en su contra porque el viernes, pasada las seis de la tarde, la menor se subió al taxi colectivo que conducía Cárcamo. Esto sucedió en el paradero de Chiloé esquina Avenida Colón, donde otras personas abordaron el mismo vehículo de la Línea 300. La imputada se acomodó tras el asiento del chofer y cuando bajaron todos los pasajeros, en Santa Juana con Simón Bolívar, Barrio Archipiélago de Chiloé, la fiscal dijo que la menor sacó un cuchillo y se lo puso en el cuello al chofer. En seguida tomó el cinturón y se lo envolvió en el cuello al conductor, como asfixiándolo, y lo obligó a que la trasladara a prolongación Ignacio Carrera Pinto, donde le sacó diez mil pesos. Ahí la víctima logró zafarse y salió a pedir ayuda. Poco después Carabineros detuvo a la menor y encontró el cuchillo.
Pánico
El chofer sintió pánico, según lo confesó a Diario El Pingüino. Ayer aún estaba aterrado por lo vivido. En cinco años que lleva en este oficio es la primera vez que le sucede algo así. “Cuando me puso el cuchillo y quiso que la llevara a prolongación Ignacio Carrera Pinto me imaginé que ahí habrían otras personas esperando para asaltarme. En ese momento temí por mi vida”, reconoció el trabajador.
Dijo que la menor andaba con una capucha y lentes oscuros. Y percibió que andaba como drogada.
El juez Provoste le dijo a la menor que valorara que no la formalizaron por un delito mayor. “Lo que hiciste es muy grave”, le hizo ver, señalándole que esperaba no verla de nuevo por lo mismo.
La detenida recuperó la libertad luego que la fiscal Guevara propusiera una salida alternativa, mediante una suspensión condicional del procedimiento. Por lo mismo, durante un año estará bajo la supervisión de la Fundación Esperanza, y debe mantener el tratamiento antidroga y alcohol.