La acción judicial es por amenazas no condicionales y lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar, además de aborto malicioso. El Juzgado de Garantía acogió a trámite la querella criminal que el abogado del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Ramón Ibáñez, presentó contra Julio Ricardo Francisco Ríos Ruiz. Esta fue la persona que agredió brutalmente a su pareja y le hizo perder el bebé en gestación. Actualmente se cumple prisión preventiva.
El Sernam tomó la representación legal de la víctima, Rosa Oyarzún Barrientos, e interpuso la querella, luego de que el imputado fuera detenido y formalizado por tres delitos.
Querella
La querella en contra de Ríos es por tres delitos: amenazas no condicionales en contexto de violencia intrafamiliar; lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar y aborto malicioso.
El abogado basa la presentación judicial en que el 15 de septiembre, la víctima fue al Supermercado Lider y se encontró con Ríos. Discutieron y más tarde le envió mensajes de texto al celular a Oyarzún, amenazándola de muerte. Posteriormente el querellado fue a la casa de la mujer y le dijo que la mataría si no le permitía ver al hijo en común. En enero la relación sentimental de la pareja “se encontraba marcada por numerosas desavenencias y peleas”.
Un día, estando ambos en la casa, el imputado recibe una llamada telefónica. Ella le pregunta quién era. El hombre le mintió hablándole de un amigo, pero ella marca el número y le contestó una mujer, quedando al descubierto que tenía otra pareja. “El querellado agredió con golpes de puño a mi representada, en dependencias del dormitorio, donde ésta duerme con el hijo en común”, indica el abogado, sobre lo sucedido ese día.
Le quemó el brazo
Para no despertar al menor el sujeto le pide que se dirija al living donde Ríos comienza a enterrarle un cuchillo en el cuero cabelludo. Luego el imputado toma una plancha eléctrica, la enchufa, y “aprovechando que mi representada estaba con pijama manga corta le señala que estire el brazo y procede a quemarla”.
Un tercer hecho que describe la querella sucede en agosto. Estaba en casa con su hijo y el ex conviviente, quien sospechaba un embarazo. Le exige que compre un test de embarazo lo que concreta el 13 de agosto, al salir de clases. A las 19.30 horas ingresa al domicilio. El imputado le pide que haga dormir al niño y se practique el test. Como el resultado fue positivo, el imputado golpeó fuertemente en el vientre a Oyarzún. Luego le tiró el cabello, la arrastró a un dormitorio y la tiró al piso con el vientre materno hacia arriba, y comenzó a saltar sobre ella, apoyándose para este efecto en la pared, y le decía: “Quédate callada, no grites; no hagas nada; déjate pegar o va a ser peor”, este martirio, calvario o tortura tuvo una duración aproximada de 30 minutos. Sólo dejó de golpearla cuando vio que estaba perdiendo líquido. El sujeto salió y al regresar a la casa volvió con las agresiones. Esta vez le apretó con ambas manos el vientre, señalando que de esta forma la guagua se asfixiaría más rápido. Al día siguiente los dolores eran tan intensos que tuvo que concurrir al hospital donde los médicos constataron que había perdido el bebé.