Con éxito se realizó la actividad intercultural organizada por el centro científico regional CEQUA, en el marco del proyecto Explora Conicyt “Territorio Kawésqar: desde la ciencia y la cultura” y que tuvo lugar en la localidad de Puerto Edén. Los estudiantes de la Escuela Miguel Montecinos, de Puerto Edén y de la Escuela Coronel Santiago Bueras y del Liceo Politécnico Luis Cruz Martínez de Puerto Natales, profesores de Puerto Edén, Puerto Natales y Punta Arenas, participaron junto a miembros de la comunidad kawésqar e investigadores del CEQUA.
Puerto Edén está ubicado en el sector noreste de la isla Wellington, a 24 horas de navegación de Puerto Natales, con una población aproximada de 120 personas, entre las que se cuentan las últimas cinco familias de la etnia kawésqar y un barco que llega una vez por semana para comunicarlos con el resto del mundo.
Un lugar privilegiado, rodeado de magnífica naturaleza, con un clima duro, frío, ventoso y con mucha lluvia. De difícil acceso con caminos conformados por pasarelas de madera y un gran glaciar en las cercanías, el Pío XI, el más grande de Sudamérica. En ese escenario se gestó el proyecto, donde los estudiantes, donde tuvieron este gran acercamiento con la ciencia y con una cultura ancestral.
Eso es lo que resalta el Investigador del CEQUA, Dr. Juan Carlos Aravena, Director del Proyecto, quien comenta que en este lugar de importancia histórica, los estudiantes tuvieron contacto con sus raíces, con la etnia kawésqar, con la naturaleza, siendo una experiencia enriquecedora no sólo para los niños, sino también para todos quienes participaron de ella. Este proyecto fue una oportunidad para acercar a los estudiantes con la ciencia y crear entre ellos un vínculo estrecho con el conocimiento científico y cultural, comprendiendo y valorando la cultura del pueblo Kawésqar
La Investigadora del CEQUA, Juliana Torres explica que trabajaron con los alumnos de la escuela de Puerto Edén, en conjunto con los alumnos y profesores visitantes, “en donde la idea fue incentivar a niños de diferentes edades a descubrir que la ciencia puede realizarse en cualquier lugar”. Juliana agrega, que a diferencia de lo que creen muchos, se trata de enseñarle a los niños a tener inquietudes, a ver el mundo con otros ojos y que para lograrlo no son necesarios instrumentos tecnificados, sino sólo tener interés en un tema en particular.