Esta festividad de origen celta, que convocó en Punta Arenas a grandes y chicos en torno a fiestas de disfraces, y recorridos por dulces, se celebraba al final de la temporada de cosechas como un “Año Nuevo Celta”. Los antiguos creían que en este día se estrechaba la brecha que separa a este mundo con el Más Allá, permitiendo a los espíritus traspasarla. Por esto, los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados.
En la zona centro y sur, esta celebración coincide con la festividad religiosa de “La Cruz de Mayo”, en donde la gente se reúne portando velas y canastos, e interpretando canciones con rimas, solicitan alimentos o dinero. Desde la seremi de Salud, en tanto, se hizo un llamado a los padres a limitar el consumo de golosinas y caramelos a los niños, que el día de ayer pueden haber recolectado en cantidades significativas. Lo mejor, señala la autoridad, es dosificarle el número a consumir y combinarlo con actividad física y una buena higiene dental.