Este año no fue la excepción ya que, acompañados de un clima favorable, la comunidad acudió en masa a honrar la memoria de sus seres queridos, aunque según fuentes del Cementerio Municipal, en menos medida que años anteriores.
Esta tradición, que más que con nostalgia, se desarrolla con una gran solemnidad propia del carácter nacional, motivó una gran afluencia de público que, de acuerdo al administrador del cementerio, Alfredo Miranda, tuvo su hora punta entre las 11 y las 12.30 horas, cuando familias enteras y con integrantes de todas las edades se congregaron en torno al nicho de sus deudos en la necrópolis más grande de la región.
El administrador detalló que, a diferencia de otros años y a pesar de la gran multitud, esta vez acudió menos público a la festividad, probablemente, consideró, por el fin de semana largo, razón por la cual la gente preferiría concurrir en los próximos días cuando se suscita menos aglomeración.