Los "tíos" que llevan el dulce sabor a los colegios

General
03/11/2012 a las 23:11
Varias generaciones de estudiantes ya salieron, sacaron carreras, formaron familias, multiplicaron silencios y como si se tratara de un defecto del tiempo, los mismos vendedores que los atendieron cuando pequeños. Cuánto vale éste, tío”, dice uno de lentes; “tengo doscientos pesos, para qué me alcanza…”, pregunta otro medio gordito; “tío, déjeme en cien el chocolate”, insiste el que apareció por atrás mostrando el dinero. El Charly agarra la moneda y la guarda en su bolsillo: “Dale no más, pero no le digas a nadie”, contesta y se ríe, mientras acomoda su gorro con visera.
A los 87 años de edad, Charly sigue agachado, ya casi no ve nada y cada vez la sordera le distorsiona la atención. “A fines de noviembre me jubilo”, asegura y sigue atendiendo, agachado, levantando caramelos y guardando monedas en el bolsillo. Los ojos se le ponen vidriosos, “ya le dije a varios alumnos, todavía no le digo al director, y le voy a decir para agradecerle, porque acá me han tratado muy bien…”. Y el rostro amable eclipsa una pena espontánea que él mismo espanta: “El primer día, me pusieron Charly, a un chiquitito se le ocurrió y todos me llaman así, hasta ahora” y nuevamente se ríe, destapando una nobleza sin dientes en la boca (Reportaje completo en suplemento Finde).

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
NOTICIA SIGUIENTE El singular ciudadano Bradasic
NOTICIA ANTERIOR Los siete pecados de...
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD