
A José Antonio Bradasic Cárdenas, hace tres días la municipalidad de Punta Arenas lo galardonó por cumplir treinta años de servicio, pero en setenta de vida tiene otros varios récords de los que muy pocos pueden vanagloriarse: Usa corbata y traje de vestir de lunes a domingo, sea feriado, festivo o fin del mundo. Nunca se ha puesto jeans y a la hora de pagar los consumos básicos, los pide semanas antes que lleguen a su casa. Las luces prendieron y todo el resplandor del nuevo Teatro Municipal José Bohr encandiló a Bradasic, “no pensé que iba a estar tan bonito, me gustó, siento que es una suerte conocerlo remodelado”, puntualiza y a reglón seguido da cuenta del acto donde lo premiaron por cumplir treinta años de servicio, junto a otros colegas: “Fue sencillo pero emotivo”, a su lado estaba su esposa María Eugenia Urrea y su hija, ese día, ninguno de los homenajeados habló, así que ahora aprovecha: “La sociedad está algo irresponsable, siento que hay valores de antes que se están perdiendo, y la familia es el pilar principal, en la familia está todo y si ella falla en la formación, bueno que queda para el resto…”.
Y a medida que avanza el discurso que no dijo, rebobina su propia historia: Cinco años en Don Bosco, haciendo clases de castellano y matemática a segundo y tercero básico, “trabajé sin título, aunque hice los cursos en la desaparecida Abelardo Núñez, escuela normal, era en la época de Frei, creo” (Entrevista completa en suplemento Finde).